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EL MOVIMIENTO ROMÁNTICO (1): Remando al viento

Lord Byron

 

DATOS BIOGRÁFICOS

LORD BYRON

PERCY SHELLEY

MARY SHELLEY

JOHN W. POLIDORI

BYRON: Hay tres cosas que yo puedo hacer y usted no (…). Cruzar un río a nado, apagar una vela de un disparo a veinte pasos…Qué inútil es todo, ¿para qué cruzar un río, o disparar a una vela?
POLIDORI: ¿Y la tercera? (…). Ha dicho que eran tres cosas.
BYRON: Sí… Escribir un poema del que se han vendido diez mil copias en un solo día.

«Frases como estas pertenecen a una de las mejores películas españolas de todos los tiempos, la espléndida Remando al viento, dirigida en 1988 por Gonzalo Suárez. Esta película, se aproxima con mucha imaginación a las figuras reales de personajes como Lord Byron, John Polidori, la pareja formada por Percy B. y Mary Shelley o el filósofo William Godwin, narrando el proceso de creación de una de las grandes novelas románticas, una de las más populares e icónicas de todos los tiempos, Frankenstein, y con un enfoque realmente imaginativo, la perspectiva de una creación literaria que cobra vida hasta el punto de influir decisivamente en los destinos de quienes han asistido o colaborado en su nacimiento, de tal manera que la obra, surgida del reto de escribir un estremecedor cuanto de terror, propuesto por Byron a la luz de las velas una noche de tormenta en Villa Diodati, la casa cerca de Ginebra donde Byron se encontraba en 1816, se toma como punto de unión del trágico destino que tuvieron todos los personajes involucrados en la forja de una ficción en la que el nuevo Prometeo debía desafiar nuevamente a los dioses, suponiendo la fusión indivisible de la ficción creada con el destino humano…  (continúa en 39escalones.)

Adonáis de Percy Bysshe Shelley:

I

Murió Adonais y por su muerte lloro.
Llorad por Adonais, aunque las lágrimas
no deshagan la escarcha que les cubre.
Y tú, su hora fatal, la que, entre todas,
fuiste elegida para nuestro daño,
despierta a tus oscuras compañeras,
muéstrales tu tristeza y di: conmigo
murió Adonais, y en tanto que el futuro
a olvidar al pasado no se atreva,
perdurarán su fama y su destino
como una luz y un eco eternamente.

LV
El poderoso aliento que he invocado
en este canto, sobre mí desciende.
La barca de mi espíritu es llevada
a gran distancia de la orilla, lejos
del miedoso tropel cuyos navíos
jamás la vela a la tormenta dieron.
Se resquebrajan la maciza tierra
y los redondos cielos. Soy raptado
a una temible lejanía oscura…
Mientras el alma de Adonais, que arde
como un astro, a través del postrer velo
del firmamento, brilla y me ilumina
desde la estancia de los Inmortales.

Fragmentos del principio y del final de Adonais (traducción de Vicente Gaos, Colección Austral)